miércoles, 26 de marzo de 2014

Seminario de Ciudad Rodrigo: Creer en lo Imposible

Si Dios te Llama, es porque También te va a Llevar de la Mano


A sus casi 19 años, Álvaro Marín es un joven alegre como cualquier otro de su generación, pero que ha optado por seguir su vocación al sacerdocio, siendo el único seminarista mayor con el que cuenta una diócesis de Segovia especialmente azotada en los últimos años por la escasez de vocaciones. Perteneciente a la Unidad Parroquial del Cristo del Mercado, su educación religiosa transmitida en la familia y la participación en las actividades parroquiales le llevó en un momento dado a plantearse de forma decidida el sacerdocio como una forma de servicio a Dios y a los demás. "Comencé a vislumbrar que Dios me pedía algo más, y me llamaba la atención el ejemplo de mi párroco Raúl, al que consulté sobre esta llamada y que fue el que me dirigió al Seminario Menor en Familia del que dispone la diócesis", explica Álvaro Marín.

martes, 25 de marzo de 2014

Los Seminarsistas en el Colegio Pablo VI


Con motivo del Día del Seminario los seminaristas fuimos a los colegios diocesanos de Ávila. El colegio Pablo VI ha subido en su web una pequeña crónica de ese encuentro que compartimos con vosotros.

Enlace Noticia

lunes, 17 de marzo de 2014

Carta Obispo Día del Seminario 2014



¡Felicidades a todos en la festividad de San José, Día del Seminario! El lema propuesto para este año es: «La alegría de anunciar el Evangelio». Siguiendo la estela de la exhortación apostólica del Papa Francisco Evangelii gaudium, el mensaje de este año resalta una característica del testigo que anuncia la salvación, no siempre tenida en cuenta, esto es, la alegría que ha de acompañar su tarea evangelizadora.

El que ha sentido la llamada de Jesús y está en proceso de formación, debe tener siempre presente las palabras del salmo: «Servid al Señor con alegría» (Sal 99, 2). ¿Y de dónde nace la alegría en el servicio del Señor? Teresa de Calcuta nos da la respuesta: «El que tiene a Dios en su corazón, desborda de alegría. Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el cristianismo. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios.»

domingo, 16 de marzo de 2014

Decubriendo la Alegría en el Seminario Menor en Familia


Soy Rafael Sánchez, entré en el seminario en Familia en el año 2011, que lo conocí a través del P. Cecilio y el P. Pedro. Pertenezco a la Parroquia de San Pedro Bautista, y curso segundo de bachillerato.

Soy Álvaro José Sánchez, entré en el seminario en Familia también el 2011. Me invitaron el P. Cecilio y el P. Gaspar. Pertenezco a la Parroquia de La Milagrosa, y curso segundo de bachillerato.

El seminario en familia lo formamos un grupo de jóvenes cristianos que buscamos cumplir con la voluntad de Dios. Nos solemos reunir cada dos fines de semana en el seminario de Ávila. A no ser que sea un día especial el ritmo que llevamos es de oración, estudio, deporte, formación cristiana y humana, en las que juega un papel importante el acompañamiento espiritual. Todo el fin de semana esta centrado en la eucaristía.

Servidores de la Alegria


A lo largo de estos años de formación en el Seminario muchas personas me han hecho repetidas veces una pregunta que siempre que llega a mis oídos hace que me plantee nuevamente mi vocación: “¿Por qué quieres ser sacerdote?” Es cierto que el ambiente externo parece que no ayuda a embarcarse en esta aventura un tanto arriesgada. Sin embargo, cuando sientes que el Dios que te ha regalado el don de la vida y de la fe, te invita a seguirle más de cerca para ser su testigo en medio del mundo, descubres que no puedes resistirte a su voz. Esta llamada se ha convertido en fuente de gozo y, precisamente, a servir la alegría que brota del Evangelio es a lo que me invita el Señor como sacerdote.

¿Puede haber algo más hermoso que anunciar a un Dios que nos ama con locura y que ha entregado su vida por ti y por mí? He aquí una de las razones para ser sacerdote hoy: para ser servidor de la alegría.

Antonio Jiménez Martín
Seminarista de Ávila
2º Bienio de Teología

sábado, 15 de marzo de 2014

"Estad Siempre Alegres en el Señor"


“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres”. Estas palabras que el apóstol san Pablo dirige a la comunidad de Filipos, resuenan cada vez con mayor fuerza en mi interior. Como hijo de Dios, engendrado a la vida nueva por medio del bautismo y llamado a anunciar la Buena Noticia de la victoria de Jesucristo sobre la muerte, en docilidad al Espíritu Santo, mi corazón se llena de gozo y de alegría cada mañana. Pensar que el Señor siempre nos acompañará a la hora de servir a nuestros hermanos, los hombres, su Palabra de vida y administrar los sacramentos, es motivo de mucha alegría.

Seminaristas de Ávila: Rodrigo, Hervé, Álvaro y Fernando (der.-izq.)

Por ello, a ti joven, que sueñas con una misión apasionante e ideales altos, te digo con convicción ¡merece la pena ser seminarista para ser sacerdote!

Hervé Plaza García
Seminarista de Ávila
Año de Pastoral

Compartir la Alegría del Evangelio desde México para Ávila


Cuando por primera vez escuché la llamada del Señor a entregarle mi vida, me sentí invitado a salir de mi casa y ayudar en el lugar que Jesús quisiera, incluso fuera de mi propia tierra. Creo que Cristo me ha ido llevando de su mano hasta llegar a esta diócesis de Ávila para compartir la alegría de evangelizar. Aunque ha sido difícil el dejar todo lo que en mi país tenía, la alegría de compartir el Evangelio de Cristo en estas tierras me motiva a seguir adelante, a no desfallecer en la respuesta que Dios me pide porque confía en mí. Felicidad que también se hace presente en la acogida que todos me habéis dado en esta diócesis y que me muestra que Dios me sigue llamando a ir tras sus huellas.

En esta última etapa de mi formación en el seminario, con gran emoción y confianza, pido a Dios que sea él quien termine esta obra que en mí ha comenzado, que me ayude y sostenga para responderle un Sí alegre todos los días.

Francisco Martínez Villagómez
Seminarista de Ávila
5º Teología

viernes, 14 de marzo de 2014

Me Amó y se Entregó por Mí


"Me amó y se entregó por mí" (Gal 2, 20). Esta cita del Apóstol Pablo ha sido para mí, y lo sigue siendo, como una especie de rayo de luz que me ilumina para comprender la llamada, tremendamente gratuita, que Dios me ha hecho: me ha llamado por puro amor. El saber que Dios se ha fijado en mí, que ha pronunciado mi nombre y que me ha llamado, me llena de inmensa alegría. Y con esta misma intensidad de alegría, y lleno de agradecimiento, deseo y quiero entregar mi vida para anunciar que Cristo nos ama. Mi razón de ser y de estar en el seminario es Cristo, Él es mi alegría. Y por Él me preparo, porque vale la pena entregar la vida por y para Cristo.

La alegría que brota de haber encontrado, o mejor dicho, de haber sido encontrado por Cristo, prepara y capacita para anunciar con entusiasmo y pasión a Cristo Hijo de Dios, quien nos ha amado y se ha entregado por nosotros.

Noé Cayo Lira
Seminarista de Ávila
5º Teología

jueves, 13 de marzo de 2014

Revista Día del Seminario 2014

Os presentamos la revista que nuestro Seminario diocesano de Ávila ha  preparado en ocasión del Día del Seminario 2014 que se celebra en toda España entorno a la Solemnidad de San José, patrono de los Seminarios. Como nos pide el Santo Padre en la Evangelii Gaudium, este año el tema de nuestros testimonios vocacionales es el de la "Alegría de Evangelizar", acorde con el lema de la Campaña Institucional "La Alegría de Anunciar el Evangelio".

Os pedimos una oración por nuestro seminario tanto mayor como menor y esperamos que os guste lo que hemos preparado para que nos podáis conocer más.


La Alegría de ser "Pobre" para los Pobres


Bienaventurados los pobres de espíritu porque ellos es el Reino de los Cielos. Esta bienaventuranza está suponiendo para mí, una profundización en el camino vocacional como pastor. En ella voy experimentado un doble significado de la alegría de la pobreza.

El primer sentido está relacionado con la humildad, con el sentirte un pobre pecador delante de Dios que a la vez es mirado con misericordia. Aquí es donde radica toda mi alegría, en que Dios como buen Padre ama a sus hijos más débiles, más pequeños, más pobres y les regala “un lote hermoso”, una vocación a la intimidad con Él, a habitar para siempre en su casa familiar. El otro sentido de la alegría de la pobreza, está relacionado con la misión que conlleva el don del sacerdocio. El experimentar a Dios como Padre me lleva cada vez más a amar a todos los hombres como hermanos, a ser servidor de ellos y muy especialmente de los predilectos de Jesús, los pobres.

A esto me ha ayudado el trato asiduo en la pastoral con la gente sencilla de Madrigal, que ha hecho que mi corazón se ensanche como el del Buen Pastor. Así que te pido Señor que la compasión que tienes conmigo la trasmitas con alegría a los demás, a los más “pobres de espíritu” de este mundo.

Nicolás Ruiz Humanes
Seminarista de Ávila
4º Teología

miércoles, 12 de marzo de 2014

El Señor ha Estado Grande con Nosotros y Estamos Alegres


El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres, cantaban los Israelitas a la vuelta del exilio de Babilonia. Se habían dado cuenta de que el Señor había actuado en su historia, les había reunificado como pueblo y volvían a estar unidos. Estaban alegres como consecuencia de que Dios les protegía, les ayudaba y les guiaba. Quizá fue eso lo que me ocurrió a mí. Un día empecé a encajar los acontecimientos de mi vida que andaban dispersos por mi mente y mi corazón, como notas musicales. De pronto empezaron a colocarse en una partitura, formando la sinfonía de mi vida y lo que aparentemente no tenía conexión, era una voz armónica más en la sinfonía. Las pruebas y momentos de dificultad quedaban como silencios de la obra, proporcionándola una belleza sublime.

El misterio de mi vida es la extraordinaria melodía que el Señor ha compuesto en mí con unas cuantas notas sueltas. Esa es la fuente de mi alegría, la música que el Señor compone en mi corazón y en la que cada día reconozco la grandeza de su obra.

Álvaro Campón Sánchez
Seminarista de Ávila
2º Teología

martes, 11 de marzo de 2014

Siempre Alegres para Hacer Felices a los Demás


Querido lector, a estas breves líneas te traigo una reflexión personal con el ánimo de compartir contigo la alegría que supone para mí anunciar el Evangelio. 

Hay una pregunta fundamental que toda persona debería hacerse en su vida y de la respuesta que demos a esta cuestión, dependerá el que nuestra vida esté llena de sentido, alegría, ilusión o no. La pregunta es: ¿Cuál es el sentido de mi existencia? o ¿Para qué estoy en el mundo? Alcanzar el fin, la meta para la cual he sido creado por Dios, y ser feliz son, desde mi punto de vista, las dos caras de una misma moneda. En mi caso, creo que Dios me quiere anunciando su Evangelio, dándole a conocer a los que no le conocen, ayudando al necesitado, al enfermo, al que sufre, llevándoles el aliento y la esperanza del Resucitado, la alegría que da la Buena Noticia. Poder compartir la experiencia personal de Cristo es lo mejor que me ha pasado en la vida y por eso te lo propongo. 

No olvides, tú que lees esto, que toda decisión humana nunca se decide en el margen de lo estrictamente individual, sino que siempre conlleva el arrastre de los otros, es la absoluta solidaridad de cuanto hacemos y por eso hemos de librar nuestra batalla personal y cumplir la misión encomendada por nuestro Padre creador, para nosotros y para los demás.

Rodrigo Santamaría Sastre
Seminarista de Ávila
2º Teología

domingo, 9 de marzo de 2014

La Alegría que Forma mi Vida


A lo largo de la vida hay momentos alegres, pero también hay alegrías que van formando una vida. La alegría del Evangelio es una de ellas porque es capaz de darle una dirección a tu vida.

Esto es lo que intento expresar por medio de este breve testimonio. Como seminarista de segundo curso, voy creciendo cada día en esta vocación a la que el Señor me llama, para servir a los demás y para poder comunicar a las personas que más lo necesitan un mensaje esperanzador. En este camino hay momentos difíciles, otras veces fallamos, nos damos cuenta de que intentamos hacer las cosas bien pero no lo conseguimos. Esto puede traer tristeza y desánimo, pero hay una fuerza que nos levanta y nos salva de esta situación. Ese es Dios, que no nos abandona, que nos acompaña y que nos habla por medio de su palabra igual que lo hace un amigo.

En esto consiste, para mí, la alegría más profunda: el saber que no voy solo por la vida, que Dios va llenando ese hueco que tenía mi corazón. Es la alegría de sentirme querido, de tener una misión que cumplir… la alegría que va formando mi vida.

Fernando González Romero
Seminaista de Ávila
2º Teología

miércoles, 5 de marzo de 2014

El Camino Alegre de la Fe


Os doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy os ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor (Lc 2,10-11). Yo como todo cristiano reconozco en Jesús la verdadera alegría de mi vida. El encuentro con Dios es (en el prójimo, en la oración, en el estudio) lo que da un sentido novedoso y profundamente alegre a mi día a día. Desde el mismo momento en el que uno se siente amado, acogido, perdonado y acompañado por el Señor, la alegría arraiga profundamente en el corazón. La alegría más profunda del hombre es amar y sentirse amado por Dios, reconociendo la obra, siempre para bien, que va haciendo en cada uno de nosotros. 

Francisco Javier Calvo
Seminaista de Ávila
1º Teología

lunes, 3 de marzo de 2014

El Seminario, Comunidad de Vida y Alegría


Un año más, al acercarse la fiesta de san José, queremos hacerles llegar a través de la publicación diocesana, la realidad de nuestro Seminario, corazón de la diócesis, comunidad de vida y alegría. El sencillo testimonio de cada uno de nuestros seminaristas mayores, que ofrecemos en estas páginas, rezuma alegría, pasión y ganas de entregarse al servicio del Evangelio, a pesar de las no pocas dificultades que siempre encontramos en el camino. A su vez el testimonio del Seminario en familia nos pone delante la alegría de estos muchachos que se plantean en serio la vida, buscando con sinceridad lo que Dios quiere de ellos. Esperamos que todos estos testimonios alienten en las comunidades de nuestra diócesis un sentimiento de esperanza y alegría, así como una honda preocupación por el seminario que se traduzca, en primer lugar, en oración por cada uno de los seminaristas, por su perseverancia y su docilidad a la voluntad de Dios, y también para que el Señor suscite vocaciones en esta tierra y en esta hora, que sigan llevando el evangelio de la alegría a todos.