Kaspar Raj el día de su ordenación de diácono junto a D. Jesús García Burillo |
El próximo domingo, 2 de febrero, la diócesis de Ávila contará con un nuevo sacerdote. Ese día, el hasta ahora diácono Kaspar Raj Chinnachamy recibirá la ordenación sacerdotal de manos de nuestro Obispo, en una celebración que tendrá lugar en la S.A.I. Catedral del Salvador a las 17 horas.
Su nombre lo delata. Kaspar Raj no ha nacido entre las cumbres de Gredos precisamente, sino en las lejanas tierras de la India. Sin embargo, 12 años entre nosotros han conseguido no sólo que domine nuestro idioma, sino que se sienta como en casa. Ahora, a sus 38 años, Kaspar será el nuevo sacerdote de esta diócesis de Ávila, tras completar un camino que no siempre ha sido fácil.
Según él mismo nos cuenta, hace más de una década se le presentó la oportunidad de venir a estudiar a España con la congregación a la que estaba ligado: los Misioneros del verbo Divino. Así que se vino con ellos. Por circunstancias de la vida, dejó de estudiar, aunque se quedó aquí trabajando. Tres años estuvo empleado en la embajada italiana. Sin embargo, el poso que su vocación había dejado en él permanecía latente: “aunque dejé de estudiar, siempre me preocupaba mi vocación. Aunque las dificultades habían hecho que me apartara un poco del camino, siempre tenía esa inquietud. De hecho, un sacerdote jesuita me aconsejó que no dejara de hacer ejercicios y pensando en lo que Dios quería”. Así lo hizo, y así fue como conoció a nuestro Obispo: “Este jesuita era amigo de D. Jesús, y me presentó ante él como un posible candidato al Seminario. Don Jesús me dijo que la puerta de Avila estaba abierta por si quería entrar. Tras meditarlo un tiempo, vine a verle después personalmente para decirle que quería seguir adelante con mi vocación, y se alegró mucho de mi decisión. Me mandó a estudiar a Salamanca, y allí completé lo que me faltaba de mis estudios”. De la diócesis le atrajo su fama de espiritualidad: “¡Cómo no voy a venir a la tierra de Santa Teresa! Además, Ávila tiene unas profundas raíces religiosas que permiten crecer muchas vocaciones”. También la suya.
Kaspar siempre ha tenido clara su disponibilidad ante quien la pudiera necesitar. “Yo lo que quería era consagrar mi vida al seguimiento de Jesús, en el camino que Dios dispusiera para mí. Y me puso en el camino a Don Jesús cuando estaba retomando mis estudios. Sentí como la segunda llamada de Jesús a Pedro. Había abandonado el camino, y el Obispo me llama en ese momento, y quise responder. He querido ser fiel a esa llamada con la gracia de Dios, que estoy seguro que no me va a faltar”. Una disponibilidad y obediencia que sigue mostrando en el momento de su ordenación, asegurando que, aunque no sabe qué le deparará su futuro, “cumpliré lo que me mande Don Jesús. Él sabrá dónde puedo hacer falta”. De momento, sus tareas pastorales le han llevado a la zona de Piedrahíta, donde lleva dos años colaborando con los sacerdotes de allí, y tomando contacto con la realidad, “entrando en harina”, como él dice.
Desde luego, una ordenación sacerdotal siempre es una alegría para la Iglesia, que sigue sintiéndose viva. La diócesis de Ávila cuenta actualmente con ocho seminaristas. “Esto es un consuelo de Dios para nosotros, porque aunque seamos una diócesis pequeña, casi cada año hay alguna ordenación”, señala el futuro sacerdote. Un joven tímido, siempre sonriente, que considera ya España como su propio país. “Y pienso seguir aquí. Querré a la gente como Dios nos quiere”. ¡Enhorabuena, Kaspar! Y muchas suerte en el desarrollo de tu nuevo Ministerio en nuestra diócesis.
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