Como ya anunciamos en una anterior noticia, el Seminario de Ávila ha querido contribuir con cinco obras de arte a la exposición "Credo" de las Edades del Hombre que se celebran este año en la ciudad de Arévalo.
Hoy queremos presentaros otra de las obras expuestas, la Biblia Sacra de Nicolás de Lira como ejemplo de un fructífero dialogo judeo-cristiano acaecido en el medievo, para que así pueda iluminar el actual dialogo interreligioso entre nuestros hermanos mayores judíos y nosotros los cristianos.
Nicolás de Lira (1270-1349), francés de Normandía, profesor en la Universidad de París por los comienzos del siglo XIV, era franciscano de los de primera hora. Estaba preocupado, en el buen sentido de la expresión, por los judíos, a los que quería convencer de que su camino normal era hacerse cristianos. Nunca empleo la fuerza, sino la persuasión. Y, sobre todo, se dio cuenta de que, para ello, era imprescindible conocer la Biblia a partir del texto hebreo original y escuchar a los grandes maestros judíos de la interpretación bíblica, especialmente el gran rabino francés y príncipe de los comentaristas bíblicos Rashí de Troyes, acrónimo de Rabí Salomón ben Isaac. Con este bagaje de conocimientos compuso un comentario o notas (Postillae, en latín) a toda la Biblia entre 1322 y 1331, que estaba destinado a hacer historia, llegando a ser incluso traducido al castellano en el último Medievo.
Fray Nicolás de Lira teólogo franciscano |
De hecho, a poco de morir Lira, en 1350 nacía en la judería de Burgos el que sería pronto el judío más rico e influyente de ella. Se llamaba Salomón ha-Leví, y fue rabino de Burgos y gran experto en la tradición judía, especialmente en el Talmud, la mayor y más estimada colección de tradiciones y leyes del mundo judío. Convertido al cristianismo, pasó unos años estudiando en París y llegó a ser obispo de Cartagena y arzobispo de Burgos, con el nombre de Pablo de Santa María. Su prestigio era tan grande, que el rey Enrique III de Castilla le nombró Gran Canciller del Reino en 1416. No estaba muy convencido de la exactitud de los comentarios de Nicolás de Lira, él que conocía la cultura judía mejor que el viejo franciscano. Y fue por eso, por lo que añadió a aquellas notas unos “Complementos” (en latín, Additiones). Pero, cuando los leyó el padre provincial de los franciscanos de Sajonia, Mathias Döring, no fueron de su agrado, y escribió una agria réplica (Replicae, en latín) a esas observaciones, rechazando casi la mitad de ellas.
Biblia Sacra, Nicolás de Lira Lyon, Gaspar Treschel, 1545. Biblioteca del Seminario Diocesano. Ávila. |
Este diálogo judeo-cristiano, con la Biblia y la cultura judía de fondo, se materializó en una de las empresas editoriales más complejas de los primeros tiempos de la imprenta: la edición del texto bíblico en latín, ocupando la parte central de la obra, rodeada de los comentarios de Nicolás de Lira, las observaciones complementarias de Pablo de Burgos y las réplicas airadas de Mathias Döring. De aquí el título de la obra en esta bella edición: Biblia Sacra cum glossis, interlineari et ordinaria, Nicolai Lyrani postilla et moralitatibus, Burgensis additionibus, et Thoringi Replicis. … Omnia ad hebraeorum et graecorum fidem iam primum suo nitori restituta, et variis scholiis illustrata. Un bello libro, que tuvo no pocas ediciones y que fue decisivo en personajes tan importantes como Lutero. En la Biblioteca del Seminario de Ávila podemos admirar la edición completa en seis volúmenes, hecha en Lyon el año 1545, infolios de casi medio metro de largo, espectaculares tanto por su tamaño como por la compleja disposición del texto.
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