La Vocación de los Nuevos Seminaristas
Soy Álvaro, seminarista de la Diócesis de Ávila desde el mes de Septiembre. Desde pequeñito había soñado con ser médico. ¡Tenía tantas ganas de ayudar, de curar, de entregarme al mundo…! Con el paso de los años, el Señor puso en mi camino personas que me hablaron de Jesús, de su vida, de sus milagros, y de todos, una cosa llamó mi atención: lo habían dejado todo, su vida, sus sueños, sus posesiones y éxitos. Eran felices con una alegría de las que brotan del corazón, y al mirarlos, tenías la sensación de que nadie podría arrebatársela. Así, Dios va modelando cada día mi corazón: de querer ayudar he pasado a ser ayudado, de querer curar a dejar que Él me cure, de querer entregarme a los demás a descubrir que Él se me da cada día en un pequeño trozo de pan. Después de rebelarme contra Dios he descubierto su rostro en Cristo. Me he dejado amar y he amado.
¡Te conocía solo de oídas, Señor, pero ahora te han visto mis ojos! He elegido lo mejor y nadie podrá arrebatármelo.
Álvaro Campón Sánchez
Seminarista de Ávila
1º Teología
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