La Vocación de los Nuevos Seminaristas
Experimentar el inmenso amor de Dios en mi vida, que está por encima de todo lo que la vida terrena me puede dar u ofrecer, me llevó a dejar todo (éxito profesional, personal, y económico, una vida cómoda, etc.) para seguir al Señor, tener un trato con Él cada día más íntimo, y llevar su mensaje a todo aquel que aun no lo conozca o se muestre indiferente ante el mismo.
Para ello, me pongo en manos de su Iglesia, para configurarme con Él, buscar su voluntad en mi vida, formarme bien y servirle a Él y a su Iglesia el día de mañana, de la mejor manera posible y lo mejor preparado posible.
Todo ello con la convicción de que, a día de hoy, es lo mejor que me ha pasado en la vida, que soy muy afortunado por ello y que no tengo mejor forma de gastar mi vida que entregándome a los demás en Él y por Él, para que experimenten el inmenso amor que nos tiene.
Esto que te cuento, te puede pasar a ti, solo tienes que abrirte a Él y dejarle hacer, Cristo no solo vale la pena, ¡vale la vida!
Rodrigo Santamaría Sastre
Seminarista de Ávila
1º Teología
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