viernes, 28 de octubre de 2016

Inauguración Oficial del Curso y Rito de Admisión a Órdenes de Fernando, Rodrigo y Álvaro

Rito de admisión a las Sagradas Ordenes de Álvaro Campón,
Fernando González y Rodrigo Santamaría 
El pasado 7 de octubre se inauguró oficialmente el curso 2016-2017 en el Seminario Mayor, que este año subraya la dimensión intelectual de la formación y tiene como lema "Conocer más al que nos ha llamado para comunicarlo mejor como pastores de nuestro tiempo". 

En el marco de este acontecimiento, los seminaristas de quinto curso, Fernando González, Rodrigo Santamaría y Álvaro Campón, fueron admitidos a las órdenes sagradas por nuestro Obispo D. Jesús García Burillo.

jueves, 27 de octubre de 2016

Ordenación de Diácono de Francisco Martínez Villagómez

D. Alberto impone las manos sobre
 Francisco ordenandole como diácono
El pasado 1 de septiembre el seminarista Francisco Martínez Villagómez, que se ha formado en el Teologado de Ávila, fue ordenado diácono en la archidiócesis de Morelia por su obispo el Cardenal D. Alberto Suarez Inda, junto a sus 11 compañeros de curso que se ordenaban de presbíteros.

Francisco realizará su tarea pastoral durante este curso en Morelia, para incorporarse a nuestra diócesis el curso próximo.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Dar Posada al Peregrino y Enseñar al que no Sabe


Aventurarse a seguir el camino de la vocación que cada uno tenemos es dejarse amar por Dios que lo hace a través de las personas. Ves cómo tus inseguridades y dudas desaparecen ante el amor de Dios.

Cuando estás en momento de búsqueda de la verdad, de algo que te inquieta, te encuentras con que hay personas que te acogen y te enseñan con el fin de que llegues a tu destino de encontrarte con el Señor. Y que por este encuentro con el Señor, es por lo que me siento enviado a coger este relevo de seguir ejerciendo la misericordia, para acoger a los demás que están perdidos, o simplemente en busca, y orientar, enseñar en su camino.

martes, 15 de marzo de 2016

Vestir al Desnudo y Corregir al que se Equivoca


Cuando contrastamos nuestra vida con el Evangelio, nos damos cuenta de que vivimos muchas veces contrariamente a sus enseñanzas; es decir, nos equivocamos. Pero si nos detuviéramos aquí, nos estaríamos parando sólo en la segunda parte de la obra de misericordia “corregir al que yerra”, es decir en el “que yerra” y olvidaríamos la primera. ¿Cómo encontrar el “corregir”? Yo lo hice y lo hago en la confesión; corregido por el amor de Dios a través de un sacerdote. Aquí hago yo mía la frase “feliz culpa…”, porque veo entonces cómo la misericordia derramada en la cruz vuelve a derramarse sobre mí y se tornan dulces las lágrimas del pecador. Este perdón lo he recibido de Dios por medio de las manos de los sacerdotes. En la vocación tiene gran peso la ejemplaridad y por eso, el querer seguir el ejemplo de estos aguadores de misericordia y el sentirme llamado a administrar un perdón tan dulce, afianza mi vocación.

lunes, 14 de marzo de 2016

Dar de Comer al Hambriento y Perdonar al que nos Ofende


Una de las cosas que en mi vida más me ha conmovido y cambiado fue mi participación en la JMJ de Madrid como voluntario. Estuve toda aquella inolvidable semana colaborando en los confesionarios del Retiro, y pude ver de primera mano el poder del perdón de Dios sobre los hombres. Fue allí donde experimenté como nunca la belleza de ser sacerdote en el mundo de hoy, pues son ellos los que están encargados de una manera muy especial de hacer presente el perdón y la misericordia de Dios entre los hombres. Esta obra de misericordia, perdonar las injurias, es para mí un motivo muy fuerte para seguir adelante en el camino de formación en el seminario para un día llegar a ser, si Dios quiere, sacerdote.

domingo, 13 de marzo de 2016

Vestir al Desnudo y Consolar al Triste


Somos hombres. Y ser hombre conlleva dos experiencias inherentes a toda vida humana: creer que todo lo podemos por nosotros mismos y, a pesar de todo, saber que necesitamos mucho más de lo que podemos alcanzar con nuestras solas fuerzas. Vivimos sufriendo pero no para sufrir, vivimos llorando pero no para llorar. Experimentamos un camino que es como un valle de lágrimas, una soledad que nos atormenta, una tristeza de corazón que nos abruma. Y sin embargo sabemos, que tras todo dolor, hay un grito de esperanza que nos llama a la alegría verdadera, a la comunión que rompe la soledad, a la Vida que vence a la muerte.