En la vocación a la que me siento llamado hay muchas huellas que indican el camino. Aquí quisiera hacer constar una de las que para mí es más profunda en ese seguimiento del Señor. Esa huella es el haber descubierto el amor hacia los amigos y personas que Dios ha puesto en mi vida y que paradójicamente, dejando huella en mí, me llevan hacia Él.
“Nadie tiene mayor amor que el que entrega su vida por sus amigos”. Al llamarme al sacerdocio entrego mi vida por ellos para participar del ministerio de Aquel que cumpliendo precisamente esas palabras, murió colgado en una cruz.
Rafel Sánchez Andreu
Seminarista de Ávila
1º Teología
El Seminario es una realidad viva de la Iglesia y por ello los cristianos abulenses, que amamos Avila y su Seminario, os tenemos, queridos seminaristas, siempre presentes en nuestras oraciones. Pidiendo por los que hoy os estáis formando y para que el Señor no cese de enviar operarios a su Mies, enamorados de Jesucristo y entregados a su Misión de proclamación de la misericordia y ternura de Dios con los hombres, particularmente con los más "pequeños". ¡Adelante, amigos, con vuestra profundización y discernimiento vocacional y con el conocimiento y entrega a Aquel que nos prometió estar siempre con nosotros "hasta el final de los tiempos"¡. Contad con mis pobres oraciones y con mi agradecimiento y el de muchísimos hermanos en la fe.
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