domingo, 16 de marzo de 2014

Decubriendo la Alegría en el Seminario Menor en Familia


Soy Rafael Sánchez, entré en el seminario en Familia en el año 2011, que lo conocí a través del P. Cecilio y el P. Pedro. Pertenezco a la Parroquia de San Pedro Bautista, y curso segundo de bachillerato.

Soy Álvaro José Sánchez, entré en el seminario en Familia también el 2011. Me invitaron el P. Cecilio y el P. Gaspar. Pertenezco a la Parroquia de La Milagrosa, y curso segundo de bachillerato.

El seminario en familia lo formamos un grupo de jóvenes cristianos que buscamos cumplir con la voluntad de Dios. Nos solemos reunir cada dos fines de semana en el seminario de Ávila. A no ser que sea un día especial el ritmo que llevamos es de oración, estudio, deporte, formación cristiana y humana, en las que juega un papel importante el acompañamiento espiritual. Todo el fin de semana esta centrado en la eucaristía.

Rafael: Hoy en día nos vemos sometidos tanto exteriormente como interiormente a la pregunta “¿Qué voy hacer con mi vida?” Cuando lo que deberíamos preguntarnos es “¿Qué quiere Dios de mí?” Conocer estas respuestas es uno de los motivos por los cuales estoy en el seminario en familia, en el que tanto influye el acompañamiento espiritual. Querer conocer la voluntad de Dios es algo fundamental para la vida del cristiano y el seminario me ha ayudado mucho en ello. Por otra parte la felicidad que me produce tanto la formación personal y cristiana como la presencia de unos buenos amigos hacen que desee la llegada de cada una de estas convivencias.

Álvaro J.: El seminario en familia me ha ayudado a mejorar mi relación con Dios, a saber discernir en la oración, el acompañamiento, y con los formadores, lo que Dios quiere de mí, cual es mi misión para servir al mundo y a su Iglesia, para encontrar mi sitio como piedra en el gran mosaico que tiene Dios con nosotros, y para poder ser feliz. Para esto el seminario me ayuda, sobre todo, corrigiéndome en mis errores y apoyándome en mis dificultades, enseñándome el camino para poder ser en el futuro un cristiano comprometido. Por tanto el seminario ha dejado de ser unas simples convivencias, convirtiéndose en parte esencial de mi vida.

Si eres adolescente te animo a conocer el Seminario Menor en Familia, para pensar, creer, escuchar y caminar…

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