domingo, 9 de marzo de 2014

La Alegría que Forma mi Vida


A lo largo de la vida hay momentos alegres, pero también hay alegrías que van formando una vida. La alegría del Evangelio es una de ellas porque es capaz de darle una dirección a tu vida.

Esto es lo que intento expresar por medio de este breve testimonio. Como seminarista de segundo curso, voy creciendo cada día en esta vocación a la que el Señor me llama, para servir a los demás y para poder comunicar a las personas que más lo necesitan un mensaje esperanzador. En este camino hay momentos difíciles, otras veces fallamos, nos damos cuenta de que intentamos hacer las cosas bien pero no lo conseguimos. Esto puede traer tristeza y desánimo, pero hay una fuerza que nos levanta y nos salva de esta situación. Ese es Dios, que no nos abandona, que nos acompaña y que nos habla por medio de su palabra igual que lo hace un amigo.

En esto consiste, para mí, la alegría más profunda: el saber que no voy solo por la vida, que Dios va llenando ese hueco que tenía mi corazón. Es la alegría de sentirme querido, de tener una misión que cumplir… la alegría que va formando mi vida.

Fernando González Romero
Seminaista de Ávila
2º Teología

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