Hay una pregunta fundamental que toda persona debería hacerse en su vida y de la respuesta que demos a esta cuestión, dependerá el que nuestra vida esté llena de sentido, alegría, ilusión o no. La pregunta es: ¿Cuál es el sentido de mi existencia? o ¿Para qué estoy en el mundo? Alcanzar el fin, la meta para la cual he sido creado por Dios, y ser feliz son, desde mi punto de vista, las dos caras de una misma moneda. En mi caso, creo que Dios me quiere anunciando su Evangelio, dándole a conocer a los que no le conocen, ayudando al necesitado, al enfermo, al que sufre, llevándoles el aliento y la esperanza del Resucitado, la alegría que da la Buena Noticia. Poder compartir la experiencia personal de Cristo es lo mejor que me ha pasado en la vida y por eso te lo propongo.
No olvides, tú que lees esto, que toda decisión humana nunca se decide en el margen de lo estrictamente individual, sino que siempre conlleva el arrastre de los otros, es la absoluta solidaridad de cuanto hacemos y por eso hemos de librar nuestra batalla personal y cumplir la misión encomendada por nuestro Padre creador, para nosotros y para los demás.
Rodrigo Santamaría Sastre
Seminarista de Ávila
2º Teología
Rodrigo Santamaría Sastre
Seminarista de Ávila
2º Teología
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