A sus casi 19 años, Álvaro Marín es un joven alegre como cualquier otro de su generación, pero que ha optado por seguir su vocación al sacerdocio, siendo el único seminarista mayor con el que cuenta una diócesis de Segovia especialmente azotada en los últimos años por la escasez de vocaciones. Perteneciente a la Unidad Parroquial del Cristo del Mercado, su educación religiosa transmitida en la familia y la participación en las actividades parroquiales le llevó en un momento dado a plantearse de forma decidida el sacerdocio como una forma de servicio a Dios y a los demás. "Comencé a vislumbrar que Dios me pedía algo más, y me llamaba la atención el ejemplo de mi párroco Raúl, al que consulté sobre esta llamada y que fue el que me dirigió al Seminario Menor en Familia del que dispone la diócesis", explica Álvaro Marín.
Tras concluir sus estudios de bachillerato, en septiembre del pasado año inició el periplo que dentro de siete años le llevará a su ordenación sacerdotal con el comienzo de su formación sacerdotal en el Teologado de Ávila en Salamanca. El joven seminarista segoviano reconoce que los primeros meses "están siendo un poco duros, porque es "un cambio brusco de vida, con un ritmo de formación muy intenso, pero con la ayuda de Dios confío en poder superarlo con éxito".
Para ello cuenta no sólo con su propia voluntad, sino con el apoyo decidido de sus padres y hermanos, que han apoyado sin fisuras esta decisión en un tiempo en el que la sociedad parece volver la espalda al hecho religioso; así como por el acompañamiento del rector del Seminario en Segovia, Fernando Mateo y de los responsables del Teologado de Ávila. En este sentido, Álvaro reconoce su preocupación por la "sequía" de vocaciones al sacerdocio, pero asegura que ahora "es tiempo de rezar para que puedan surgir jóvenes con inquietudes". Para ellos, el seminarista segoviano tiene un mensaje de ánimo y de apoyo, recordando las palabras de Juan Pablo II: "No tengáis miedo". "Creo que si Dios te llama, es porque también te va a llevar de la mano -asegura- y por eso animo a los jóvenes que ahora tengan algún tipo de dudas que se acerquen a sus párrocos y se dejen guiar en el Seminario Menor en Familia para discernir sobre su vocación".
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